Mindfulness se traduce como “atención plena”, “conciencia plena”, y es la habilidad de permanecer en el momento presente con una actitud de apertura, aceptación, no juicio y amabilidad.
Esta definición que es aparentemente tan sencilla, al observarnos a nosotros mismos, podemos darnos cuenta que en muy pocos momentos de nuestro día a día permanecemos ahí, presentes, aceptando lo que en ese momento hay, abriéndonos a la experiencia y siendo amables con nosotros, con el otro y con la propia experiencia.
¿Por qué sufrimos? Observa si tu situación de sufrimiento puede ser alguna de las que indico a continuación
- Porque tenemos una situación en nuestra vida que no nos gusta y queremos que termine, que desaparezca esa situación que me provoca malestar. No estoy aceptando lo que en este momento ya está en mi vida, permanezco en el juicio constante, peleándome con esa situación que “no es justa”, no siendo nada amables con nosotros, ni con el otro ni con la situación misma.
- Porque ya no tengo en mi vida algo que tenía y que sentía que era la causa de mi felicidad, siento que sin eso que ya no está, no soy feliz (objeto, persona, situación).
- Porque queremos que el otro cambie, que sea diferente, porque sentimos que en el cambio del otro está mi felicidad. Y una ley universal es que no podemos cambiar a nadie, sólo podemos cambiarnos a nosotros mismos.
- Cuando sentimos que nuestra vida es incompleta, que seremos felices cuando seamos de una manera determinada o cuando hayamos conseguido algo que anhelamos.
- Cuando nos sentimos incompletos, sentimos que nos falta algo, cuándo no nos amamos tal y como somos en este instante.
Si en este momento te encuentras en una situación de sufrimiento pregúntate:
¿qué no estoy aceptando? ¿qué estoy rechazando? ¿qué quiero que sea diferente y me peleo con lo que hay en mi vida en este momento? ¿estoy siendo amable conmigo mismo? ¿soy amable con el otro?
Si contestamos estas preguntas con honestidad podemos encontrar las causas de nuestro sufrimiento.
La buena noticia es que hay caminos para salir de ahí. Para mi, el camino para salir del sufrimiento ha sido el autoconocimiento y la práctica de mindfulness, por eso me dedico a acompañar a otros a conocerse mejor y a incorporar la práctica de mindfulness en su vida.
Cuándo explico qué es mindfulness a personas que no conocen nada, es más sencillo hablar de “herramienta”, una herramienta que se aprende y se entrena. Sin embargo, es solo una manera de que nuestra mente pueda entender ese concepto. En realidad, mindfulness no es una herramienta, es una forma de vida, es una manera de ser y estar en el mundo diferente que se va instalando a través de la práctica diaria de la atención plena en tu vida. No es algo que se aprende y ya está. Es algo que se entrena diariamente, y el entrenamiento lo tiene que hacer uno mismo.
Mindfulness no nos libera del dolor que determinadas situaciones difíciles provocan en nuestra vida, pero si de ese sufrimiento que se instala dentro de nosotros, y que no nos permite vivir, avanzar y que su causa reside en nuestra propia mente y no ya en esa situación dolorosa.
¿Qué se necesita para comenzar a practicar?
- Una intención firme de querer cambiar y hacer algo diferente y un compromiso con uno mismo para ponerse en marcha.
- Alguien con formación y experiencia que te acompañe en el proceso. Y digo acompañe porque el trabajo lo hace uno mismo.
El cambio depende de uno mismo, es importante tomar la determinación de ponerse en marcha para soltar lo que te mantiene anclado en el sufrimiento y abrirte a lo nuevo, trabajando día a día. Nadie con una barita mágica puede hacerte cambiar y quitarte el sufrimiento, ni terapeuta, ni psicólogo, ni maestro… es una decisión interna que debes tomar tú mismo, la decisión de salir de esas formas de pensar y de vivir que te limitan y transformarlas a través de un trabajo diario y continuo.
Mindfulness se entrena como una herramienta pero en realidad es una forma de vida, una forma de SER en el mundo. Cuándo a través de la práctica continuada vamos acercándonos a la experiencia desde ese lugar de APERTURA, ACEPTACIÓN, NO JUICIO Y AMABILIDAD, se va instalando una manera de vernos, de ver el mundo y de ver al otro mucho más real, mucho más limpia, mucho más amable. Y de repente, los cambios comienzan a aparecer en nuestra vida, pequeños cambios que hacen grandes diferencias. Empezamos a soltar lastre, a deshacernos de patrones de pensamiento y creencias que nos mantenían en el sufrimiento… Y de repente…se abre un espacio… un espacio en el que puedes respirar… ver con claridad… acoger lo que hay… siendo amable… simplemente viviendo… siendo… y sonríes…
Mabel Laguna
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